Estos días viendo la serie Ted Lasso con mi hijo, deportista en ciernes, pensé en la gran repercusión que ha tenido la serie, especialmente en el mercado americano y en lo mucho que tenemos que aprender de ese entrenador de estilo único e inquebrantable positividad.

Ted Lasso se ha convertido en un símbolo de liderazgo eficaz, empático y humilde.

Se trata de un ex jugador de futbol americano que es contratado por un equipo inglés de la Premier League. Lasso no tiene ni idea de futbol, de hecho, reconoce que solo conoce a dos futbolistas (a Ronaldo y “al que se casó con la Spice Girl”).

Al ir avanzando las temporadas (vamos por la tercera) el equipo va subiendo en la clasificación general, pero también evolucionan las dinámicas relacionales que se producen dentro del equipo y del club por extensión.

Aunque Ted no sabe de fútbol sí sabe mucho de personas. Entiende las interacciones, las personalidades y los desafíos que aportan al juego. Sabe cómo reunir eso talentos y convertirlos en un equipo.

 

1.- Cree en ti mismo

Nada que no sepamos pero verlo aplicado hasta las últimas consecuencias, impresiona.

La confianza en uno mismo es la base de un liderazgo real, creer en tus propias capacidades y saber que puedes superar los obstáculos que inevitablemente, se presentarán.

Ted nos enseña persistencia incluso en los momentos más duros. La autoconfianza inspira a los que nos rodean creando vínculos de pertenencia y respeto.

 

2.- La confianza lo es todo

El estilo de liderazgo de Ted Lasso se centra en fomentar la confianza, forjar relaciones sólidas y empoderar a su equipo.

Al crear un entorno de transparencia, empatía y comunicación abierta, los jugadores poco a poco van dejando atrás sus diferencias y aprendiendo de modo experiencial a relacionarse de un modo más positivo.

Ted anima a sus jugadores a tomar decisiones, algo que permite que hace que se sientan valorados y empoderados.

“Quiero que confiéis en vosotros mismos y en los demás. Quiero que os hagáis cargo de vuestras decisiones en ese campo”.

“Antes de cada jugada, quiero que discutáis las opciones y toméis decisiones vosotros mismos. Sois vosotros los que conocéis el campo y los que entendéis el juego mejor que nadie. Confío en que todos y cada uno de vosotros tomareis la decisión correcta en cada momento”.

3.- La importancia al papel del equipo

Defino equipo como dos o más personas que trabajan juntas con un objetivo único. En muchas organizaciones se entiende la importancia del equipo pero en el día a día se pierde de algún modo la perspectiva para mantenerlo cohesionado y motivado.

Él empieza integrando a la dirección en la dinámica cotidiana del vestuario, anima a la propietaria y directora a “bajar” para visitar el vestuario y participar en algunas de sus actividades. También rompe el hielo y se conecta con ella creando un ritual, cada lunes le regala unos pastelitos preparados por él.

Toma decisiones valientes cuando detecta talento, por ejemplo, convierte en segundo entrenador al encargado del material cuando descubre sus impresionantes estrategias de cara a los partidos.

4.- Ser buena persona no ha pasado de moda

Todo líder debe ser buena persona, eso es lo que nosotros defendemos.

En un mundo lleno de dilemas éticos y zonas grises, priorizar la integridad y los valores morales marca la diferencia a largo plazo.

Ted es extremadamente amigable y posee una gran inteligencia social y emocional.

Por otro lado, hace chistes muy facilones, bailecitos… aunque sea en el contexto de una serie, podría haber pasado a ser el felpudo del equipo y ser despedido en “cero coma”, pero no es así.

Ted recuerda los cumpleaños de todos, come en el restaurante familiar de su taxista como muestra de apoyo, lleva regalos a la gente y hace pequeñas cosas para demostrarles a todos lo mucho que le importan.

No subestimes a la gente amable. Se amable y utiliza tu brújula ética.

5.- Todo el mundo tiene un punto de vista que compartir

Un aspecto que me encanta de la serie es la evolución del personaje de Nate, que pasa de ser encargado de material a entrenador.

Al principio de la serie los jugadores se burlan de él, le gastan bromas pesadas. Nadie se da cuenta de que Nate tiene ideas muy brillantes sobre cómo jugar.

Cuando se atreve a contarle a Ted sus ideas, él lo escucha, valora su opinión e incorpora algunas ideas, atribuyéndole el mérito.

Esto genera seguridad y autoconfianza y afianza la idea de que puedes compartir lo que piensas y estar en desacuerdo sin temor a que te señalen.

6.- La humildad es indispensable

La humildad y la vulnerabilidad son fortalezas, no debilidades.

Reconocer los límites propios es una característica de grandes líderes, sin embargo, a veces esto es difícil de sostener en el día a día.

Ted nunca antes había entrenado fútbol y esto no sienta bien a los fanáticos ni a los medios. Aborda sus interacciones con ellos usando una curiosidad “de niño”, hemos oído muchas veces que el mejor coach es un niño, por la falta de condicionamiento de las preguntas y la falta de ideas preconcebidas.

 

7.- Ganar también es una actitud

Ganar no consiste solo en lograr un resultado específico, sino también de cultivar una mentalidad de positividad, determinación y resiliencia.

Ted cree en el poder de la esperanza y una de las primeras cosas que hace es colgar un cartel en el vestuario que dice «Belive» a pesar de que los seguidores del equipo le repiten que “es la esperanza la que te mata”.

En realidad, Ted sabe que es exactamente lo contrario porque no puedes lograr ningún tipo de objetivo difícil si primero no crees que se puede lograr. No es sólo eso, sino que el viaje también debe ser algo que se disfrute.

Mi conclusión basándome en la serie es que el liderazgo es un conjunto de comportamientos, no un puesto o una filosofía, que tienen como consecuencia el buen trabajo en equipo.

Imagen: Medium